El arte es una disciplina que explota, en gran medida, la libertad creadora del ser humano. Un reciente estudio de la Universidad de Harvad, ha demostrado que aquellos quienes incluyen la práctica artística en  su día a día, presentan un carácter muy resolutivo, seguro de sí mismo, tolerante y disciplinado.

De todos es sabida la enorme predilección que sientes los niños hacia el arte, lo cual es muy positivo y benévolo de cara al desarrollo de sus capacidades tanto motoras como intelectuales y morales.

Pero, ¿cuáles son realmente los principales beneficios que aporta el arte a la vida de los más pequeños? A continuación te lo explicamos detalladamente.

En primer lugar, ejecutar labores artísticas requiere, normalmente, de tiempo para la realización de dichas tareas. Si la creación del arte se produce desde la infancia, el niño asimilará rápidamente los conceptos de responsabilidad y dedicación, ambos intrínsecos en una disciplina como ésta. Así pues, el niño crecerá realizando una actividad que lo motiva adoptando, al mismo tiempo, un hábito de trabajo el cual no sólo beneficiará al ámbito del arte, sino a todos los sectores de su vida.

En segundo lugar, los niños amantes del arte se caracterizan por poseer una gran imaginación, la cual puede ser aprovechada al máximo a través de una materia que alberga y acoge cualquier temática sin ningún tipo de prejuicio. De este modo, el niño crece en un ambiente de libertad, sin coacción que condicione futuras elecciones en cuanto a rumbo profesional e incluso ideales éticos y políticos.

Uno de los principales beneficios que aporta el arte, tanto a niños como a adultos, es la gestación de una menta abierta y sin horizontes que juzguen o rechacen alguna cultura, ideología o estilo personal. La creación artística se caracteriza por ser muy crítica con las injusticias sociales, por lo que, la presencia del arte desde muy temprana edad, contribuye a que el niño se eduque en un ambiente inconformista que evitará, a posteriori, su manipulación por parte de otras personas.

Por otro lado, al disponer de una menta abierta, la cual será plasmada y expresada a través del arte, el niño desarrollará unos valores morales basados en la tolerancia pues, desde muy pequeño, acostumbra a enfrentarse a todo tipo de creaciones artísticas, todas ellas válidas y, por tanto, respetables. Puede parecer algo un tanto alejado de la ética propiamente dicha, pero lo cierto es que éste tipo de hábitos se extienden al resto de actitudes que adoptamos respecto a los demás.

El hecho de que los niños artistas dispongan de una mente abierta y de esa conciencia de disciplina y constancia que mencionábamos al principio, se relaciona, de manera directa, con el carácter emprendedor que desarrollarán en el futuro. Se tratan de personas inconformistas que, no de acuerdo con el trabajo que desempeñan, por ejemplo, emprenden nuevas ideas y proyectos totalmente innovadores, consecuencia de esa explotación de la imaginación, confianza en sí mimas y disciplina que desde la infancia desarrollaron a través del arte.

Si bien es cierto que muchas personas exitosas llegaron hasta donde están por razones ajenas al mundo del arte, si que es verdad que esta disciplina favorece, a grandes rasgos, que dichas aptitudes se desarrollen con mayor facilidad y casi de manera inconsciente.

Por último, no podemos dejar de mencionar los efectos tan positivos que genera el arte en el ánimo del niño. Al tratarse de una práctica llena de color y de involucración, los pequeños se sienten realizados y de buen humor, ya que no sólo realizan trabajos de manera independiente, sino que, además, emplean colores y tonos alegres que influirán en una actitud positiva y motivadora.

Hasta aquí el post de hoy. Esperamos que os haya gustado.

¡Hasta la próxima!